3/6/25
Las tres veces que El Chapo intentó alejar a Ovidio Guzmán del mundo del narcotráfico
Las tres veces que El Chapo intentó alejar a Ovidio Guzmán

Las tres veces que El Chapo intentó alejar a Ovidio Guzmán del mundo del narcotráfico
Durante años, Joaquín Guzmán Loera buscó que su hijo menor tuviera una vida distinta: sin cárteles, ni armas, ni fugas
El próximo 9 de julio, Ovidio Guzmán López comparecerá ante una corte federal en Chicago para asumir formalmente su culpabilidad de los cargos relacionados a narcotráfico de los que el gobierno de Estados Unidos lo señala.
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La audiencia, que empezaría a ponerle fin a la historia que comenzó con su extradición en septiembre de 2023, ha estado rodeada de una negociación silenciosa: la de un hijo del narcotráfico que ofrece información a cambio de reducir su condena y proteger a los suyos.
Detrás de ese proceso judicial hay una historia menos visible: la de un padre que, durante años, intentó evitar que su hijo acabara en las mismas condiciones que él.
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Y es que de acuerdo con la periodista Anabel Hernández en su libro La historia secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, trató de apartar a El Ratón del mundo criminal en tres momentos distintos, en un esfuerzo sostenido por darle una vida diferente a su hijo el más chico.
Sacarlo de Sinaloa
El primer intento se remonta a 1998. En ese entonces, El Chapo estaba preso en Puente Grande y, según reporta Óscar Balderas en un texto publicado en Milenio, dio la orden de trasladar a su hijo Ovidio a la Ciudad de México para alejarlo de la influencia del narcotráfico.
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El niño, de ocho años, fue inscrito en el colegio CEYCA de los Legionarios de Cristo, una institución católica ubicada en el sur de la capital. La decisión también fue influenciada por la religiosa abuela materna, Consuelo Loera.
Durante dos años, Ovidio vivió con su madre, Griselda López, bajo el pretexto de ser hijo de un ganadero ausente. Se integró al equipo de basquetbol y jugó como defensa en futbol.
Pero en el año 2000, ante la sospecha sobre su verdadera identidad, un grupo de madres votó para impedir que asistiera a un viaje escolar a Disney. Griselda, temiendo por su seguridad, decidió sacarlo del colegio y regresar con él a Culiacán, cuenta el periodista.
Educación y retirada
El segundo esfuerzo vino más tarde. De acuerdo con el testimonio de Dámaso López Serrano, alias El Mini Lic, citado por Anabel Hernández, El Chapo intentó alejar a Ovidio del narcotráfico tres veces. Una de esas vías fue su inscripción en la universidad, donde Ovidio estudió junto con su hermano Joaquín, en un intento de darles una formación distinta.
Según un informe militar citado por Balderas, Ovidio aspiraba a convertirse en veterinario. Pero ese camino se truncó a los 19 años, poco después del asesinato de su hermano, Édgar Guzmán López, en 2008. A partir de entonces, Ovidio se integró de lleno a las operaciones del Cártel de Sinaloa.
Tras el asesinato de Édgar, el hijo favorito de El Chapo quien fue considerado su heredero natural, Griselda López decidió enviar a Joaquín y Ovidio a Canadá, de acuerdo con el testimonio del Mini Lic recogido en el libro de Anabel Hernández.
La intención era protegerlos del ambiente violento que se recrudecía en Sinaloa en medio de la guerra con los Beltrán Leyva. El movimiento coincidió con el traslado de otros miembros de la familia fuera del país.
Sin embargo, esa estancia no duró mucho. Ovidio volvió a México y asumió tareas logísticas dentro del cártel, incluyendo la compra de cocaína en Colombia, efedrina en Argentina y precursores químicos para fentanilo en Ecuador, como detallan documentos de la Secretaría de Marina consultados por Balderas.
A diferencia de sus hermanos Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Joaquín Guzmán, Ovidio llegó a ser considerado el más débil del grupo debido a su personalidad menos sanguinaria.
Esa protección se manifestó con claridad durante el Culiacanazo de 2019, cuando más de 800 sicarios fueron movilizados por sus hermanos para obligar al gobierno a liberarlo tras una captura fallida.
Negociar su libertad
Desde su recaptura en enero de 2023 y posterior extradición, Ovidio ha mostrado una conducta muy distinta a la esperada de un líder criminal.
De acuerdo con reportes del penal del Altiplano, recogidos por Óscar Balderas, el narcojunior solicitó medicamentos psiquiátricos para tratar ansiedad y depresión, así como una dieta especial tras una cirugía por reflujo.
Un celador consultado por el periodista antes mencionado lo describió como un interno “educado, nervioso, callado, sin comportamientos problemáticos”. Durante su estancia en prisión, hablaba poco, pero cuando lo hacía, lo hacía de su esposa Adriana Meza Torres y sus hijas, a quienes decía extrañar profundamente.
El acuerdo con Estados Unidos
En paralelo, Ovidio avanzaba en la negociación con el Departamento de Justicia. Según el experto en seguridad, David Saucedo, entre los puntos que habría negociado El Ratón, incluiría:
- Evitar una prisión de máxima seguridad
- Ingreso al programa de testigos protegidos
- No perseguir penalmente a su familia inmediata
- Proveer información sobre rutas y colaboradores del cártel
- Posibilidad de reducción de sentencia, si coopera en futuros juicios
El 9 de mayo de 2025, 17 de sus familiares, entre ellos su madre y su hermana, cruzaron legalmente a Estados Unidos por San Ysidro, custodiados por el FBI bajo un esquema de protección humanitaria. El traslado incluyó medidas de seguridad extraordinarias.
La estrategia legal se asemeja a la seguida por Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, quien evitó la cadena perpetua y hoy vive en libertad bajo una nueva identidad tras colaborar con las autoridades estadounidenses.

