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25/11/25

“Wicked: For Good” es una de las películas más políticas del año

“Wicked: For Good” es una de las películas más políticas

“Wicked: For Good” es una de las películas más políticas del año

“Wicked: For Good” es una de las películas más políticas del año

 

Para cualquiera que ame “Wicked”, es fácil dejarse llevar por la magia, la música y la hermandad entre la pareja central de amigas destinadas a un destino trágico en el corazón de la historia.

 

Pero también era difícil ignorar los matices políticos de la primera película, que brillan aún más en la secuela “Wicked: For Good”, actualmente en cines.

 

En la primera parte de la adaptación cinematográfica del director Jon M. Chu, nominada a mejor película en los Oscar del año pasado, los temas de tensión racial sirvieron de telón de fondo para la historia, que imagina un origen para la malvada bruja del oeste, famosa por el clásico de 1939 “The Wizard of Oz”, y explora su relación con Glinda la buena.

 

Entretejidas en la premisa están las preguntas sobre cómo aceptamos (o rechazamos) a quienes consideramos diferentes, al ver a Glinda (Ariana Grande) inicialmente menospreciar a Elphaba (Cynthia Erivo), de piel verde, antes de acercarse a ella.

 

Sin embargo, su frágil vínculo se pone a prueba cuando descubren que el temido y respetado mago de Oz (Jeff Goldblum) es, en realidad, un gran manipulador que pretende usar a Elphaba para lograr su objetivo de silenciar a los animales encantados de Oz, quienes ven cómo se les despoja cada vez más de sus derechos y pierden la capacidad de hablar.

 

El mago trabaja junto a la profesora de Elphaba, madame Morrible (Michelle Yeoh), para crear propaganda en todo Oz sobre Elphaba, otorgándole así la identidad de una “bruja malvada”.

 

El capítulo final eleva la tensión y se adentra de lleno en otro tema político candente: la inmigración.

 

En una escena, Boq (Ethan Slater), de Munchkinland, va a la estación de tren para cumplir su deseo de viajar a la Ciudad Esmeralda y declararle su amor a Glinda. Sin embargo, al llegar a la estación, se horroriza al ver que los animales y los munchkins tienen restringido el viaje y necesitan un permiso para hacerlo.

 

La política fue orquestada por la recién nombrada gobernadora de Munchkinland, Nessarose Thropp (Marissa Bode), quien está enamorada de Boq.

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