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27/9/25

‘Una batalla tras otra’ ofrece un poderoso retrato del Estados Unidos actual en el cine

‘Una batalla tras otra’ ofrece un poderoso retrato de USA

‘Una batalla tras otra’ ofrece un poderoso retrato del Estados Unidos actual en el cine

‘Una batalla tras otra’ ofrece un poderoso retrato del Estados Unidos actual en el cine

 

La reciente muerte de Robert Redford nos recordó hasta qué punto la película Todos los hombres del presidente sacudió las viejas certezas que existían sobre la democracia estadounidense. Al revelar el escándalo Watergate de 1972 (cuando se descubrió que miembros de la campaña para la reelección de Richard Nixon habían colocado dispositivos de grabación secretos en el edificio Watergate del Comité Nacional Demócrata), el filme de Alan J. Pakula alimentó la creciente sensación de que las instituciones del gobierno estadounidense estaban plagadas de corrupción.

 

Quizás no todo el mundo estaba de acuerdo con la visión pesimista de Pakula. Pero tampoco estaba solo. A lo largo de los años, Oliver Stone también se ha caracterizado por hacer un cine que muestre la situación del país, al igual que Martin Scorsese, y antes que ellos, Frank Capra. Sus obras intentaban capturar, normalmente con ánimo de crítica, el estado de ánimo nacional en aquel momento.

 

La nueva película de Paul Thomas Anderson, Una batalla tras otra, sugiere que todavía hay lugar para el cine provocador en la cultura actual. Junto con la recientemente estrenada Eddington, del director Ari Aster, explora un Estados Unidos en crisis y nos lo muestra en narrativas épicas y sobrecogedoras.

 

Ambos filmes hablan del caos de un orden social que se desmorona. Ambos, pero especialmente Eddington, también corren el riesgo de verse tan abrumados por este caos que acaban cayendo en la incoherencia.

 

El término “incoherencia” no se ha elegido al azar. Uno de los textos fundamentales para los estudiosos del cine de la década de 1980 fue The Incoherent Text, Narrative in the 70s, de Robin Wood. Al repasar una serie de películas de esta década, Wood argumentaba que “aquí, la incoherencia ya no es oculta y esotérica: las películas parecen abrirse ante nuestros ojos”.

 

Estas dos hacen lo mismo, exponiendo a través del caos algo incomprensible sobre nuestra época y siendo incoherentes en el proceso.

Ambientada durante la pandemia en un pueblo desértico, Eddington salta de un punto álgido a otro.

 

El sheriff Joe Cross (Joaquin Phoenix) se niega a llevar mascarilla y esta infracción aparentemente menor pronto lo enfrenta a su viejo enemigo y rival en el amor, el alcalde Ted García (Pedro Pascal). Inspirándose en una campaña al estilo MAGA (el eslogan de Trump, “Make America Great Again”), Cross se presenta a las elecciones a la alcaldía para competir con él.

 

En casa, Cross vive con su suegra Dawn (Deirdre O'Connell), amante de las teorías conspirativas, mientras su esposa Louise (Emma Stone) se sumerge cada vez más en la enfermedad mental y el aislamiento.

 

Al margen de todo esto, un misterioso conglomerado está construyendo un centro de datos a las afueras de la ciudad. También estallan disturbios raciales tras el asesinato de George Floyd. Y mucho más…

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